Los padres de todo el país están conversando con su adulto joven mientras él o ella se dirige a la universidad. Este año, sin embargo, no se habla de sexo, drogas y rock and roll. Más bien, se trata de si el estudiante debe o no solicitar una tarjeta de crédito antes de que la nueva normativa entre en vigor en febrero de 2010. La ley CARD, recientemente aprobada, exigirá que una persona menor de 21 años acredite su capacidad para pagar la deuda o que tenga un cofirmante antes de que se le conceda el crédito.
La nueva ley también regulará la comercialización agresiva de tarjetas de crédito dirigida a estudiantes universitarios. En años anteriores, los emisores atraían a los estudiantes a solicitar tarjetas ofreciéndoles camisetas, pelotas de playa o incluso oportunidades para comprar un iPod gratis. Algunos estados ya han aprobado leyes que restringen o regulan la comercialización de tarjetas de crédito en los campus universitarios, y con razón.
Un estudio reciente de Sallie Mae reveló que los estudiantes de último año de la universidad tenían una deuda promedio de tarjetas de crédito de 4.100 dólares, en comparación con los 2.900 dólares de hace cinco años. Los estudiantes de primer año de la universidad triplicaron el monto de la deuda de sus tarjetas de crédito, pasando de 373 a 939 dólares en el mismo período de tiempo. Tenga en cuenta que, por lo general, este segmento de la población no tiene ingresos ni historial crediticio, pero aun así se le ha otorgado crédito.
Vivimos en una sociedad dominada por el crédito, y la mayoría de nosotros dependemos del crédito para realizar compras importantes. Lo ideal es que, mientras esté en la escuela, el estudiante acumule un historial crediticio sólido y se gradúe con un informe crediticio positivo y un puntaje crediticio alto, lo que le permitirá hacer realidad algunos de los sueños financieros que había dejado en suspenso hasta la graduación. Sin embargo, dar acceso a una tarjeta de crédito a una persona de 18 años con poca formación financiera no solo es arriesgado, sino que puede ser francamente desastroso.
Cuando se trata de crear un historial crediticio positivo, el estudiante tiene algunas opciones. Credit.org sugiere que los padres y los adultos jóvenes consideren lo siguiente al decidir qué es lo mejor para su situación:
Además de los prestamistas, los empleadores y los propietarios también revisan los informes crediticios. Por lo tanto, es importante graduarse de la universidad, no solo con piel de oveja en la mano, sino también con un historial crediticio positivo.
Este artículo fue adaptado con el permiso de la NFCC. Credit.org es miembro de la NFCC.