El dinero puede ser un tema difícil en cualquier relación, pero cuando se trata de deudas, la conversación puede volverse aún más estresante. Ya sea que se trate de deudas de tarjetas de crédito, préstamos estudiantiles o facturas médicas, es importante abordar estas conversaciones con honestidad, paciencia y un objetivo común. Hablar con su cónyuge sobre las deudas no se trata solo de números; se trata de generar confianza y planificar su futuro juntos.
Las finanzas son una de las principales razones por las que las parejas discuten. Evitar el tema no hace que el problema desaparezca y, en algunos casos, empeora las cosas. Ignorar los problemas financieros puede generar resentimiento, guardar secretos y tomar malas decisiones.
Las conversaciones abiertas sobre dinero brindan a ambos socios la oportunidad de comprender los valores, los hábitos de gasto y las metas financieras del otro. También crea un espacio para resolver problemas juntos, en lugar de echar culpas. Si tiene dificultades para empezar, considere la posibilidad de utilizar el Cuaderno de trabajo sobre parejas y dinero para ayudar a guiar el debate.
Con demasiada frecuencia, las parejas esperan hasta estar muy endeudadas o enfrentarse a una crisis financiera antes de tener una conversación seria. Hablar sobre el dinero de manera temprana y regular ayuda a evitar sorpresas futuras y contribuye a una mejor planificación. Si usted o su cónyuge se sienten abrumados o no están seguros de por dónde empezar, comiencen simplemente por compartir sus sentimientos personales sobre el dinero. Una afirmación como: «He estado preocupado por la deuda de nuestra tarjeta de crédito» puede abrir la puerta sin que suene acusatoria.
También es importante que se informen con regularidad sobre los gastos compartidos, las metas de ahorro y la opinión de cada uno de ustedes acerca de su situación financiera. Según el Oficina de Protección Financiera del Consumidor, los controles financieros periódicos pueden fortalecer las relaciones y conducir a una mejor administración del dinero.
Ya sea que estén recién casados o hayan estado juntos durante años, es importante tener claras las obligaciones financieras de cada persona. Esto incluye los saldos de las tarjetas de crédito, los préstamos para automóviles, los préstamos estudiantiles y las facturas médicas. Es fácil asumir que tu pareja no tiene muchas deudas, especialmente si no lo ha mencionado, pero esa suposición puede resultar contraproducente.
Comience por separar sus deudas en dos categorías:
Tener esta distinción clara ayuda a ambos socios a comprender el panorama financiero completo y a planificar en consecuencia. Puede obtener más información sobre cómo la deuda afecta las nuevas relaciones en Casarse con deudas.
Si su pareja aporta muchas deudas a la relación, es posible que sienta la presión de ayudar a pagarlas. Esto puede ser especialmente difícil si te has esforzado por mantenerte libre de deudas. Antes de decidir cómo seguir adelante, habla abiertamente sobre la deuda contraída, cómo se produjo y qué medidas está tomando tu pareja para pagarla.
Evita echarle la culpa. En su lugar, concéntrese en entender cómo surgió la deuda. ¿Se debió a gastos de emergencia, hábitos financieros pasados o pérdida de ingresos? Una vez que entiendan el contexto, es más fácil hacer un plan juntos.
No tiene que asumir las deudas de su cónyuge legalmente, pero desde el punto de vista emocional y práctico, a menudo se convierte en un esfuerzo conjunto. Esa es la razón planificación financiera para parejas comprometidas es muy importante antes de casarse.
Abordar este tema requiere cuidado, especialmente si su pareja se siente avergonzada o ansiosa. Marca la pauta eligiendo un momento tranquilo y privado, preferiblemente no durante un momento estresante, como pagar las cuentas o después de un desacuerdo. Enmarca la conversación como un esfuerzo de equipo y no como una confrontación.
Usa las palabras «nosotros» para demostrar una responsabilidad compartida:
Estas declaraciones cambian el enfoque de la culpa a la asociación. Tenga en cuenta que es común sentirse vulnerable con respecto al dinero, especialmente si la deuda de su pareja parece abrumadora o está fuera de control.
Estar conectado financieramente no significa estar de acuerdo en todo, pero sí significa tener valores compartidos y respeto mutuo. Cuando uno de los cónyuges siente que está asumiendo toda la carga o tomando todas las decisiones, el resentimiento puede crecer.
Acordar prioridades como las metas de ahorro, los límites de gastos y las estrategias de pago de la deuda lo ayudará a avanzar con menos fricciones. Esto no significa que cada dólar deba gestionarse de manera conjunta, sino que hay que tener en cuenta el panorama general.
Si las deudas de su cónyuge le sorprendieron, es natural que se sienta molesto. Pero convertir la conversación en un juego de culpas no ayudará. En su lugar, haz preguntas abiertas, como las siguientes:
Este tipo de preguntas fomentan la confianza y la comprensión. Recuerda que tu objetivo no es avergonzar a tu pareja; es encontrar juntos un camino hacia adelante.
Una de las mejores maneras de evitar conflictos futuros es establecer límites claros sobre cómo manejarás los gastos. Hable acerca de:
Tener estas pautas protege su salud financiera y crea responsabilidad. Si los desacuerdos continúan, considere la posibilidad de hablar con un planificador financiero o un consejero que pueda ayudar a mediar en conversaciones difíciles sobre dinero.
La deuda de tarjetas de crédito es una de las formas más comunes de deuda del consumidor y puede ser especialmente perjudicial para las parejas. Las tasas de interés altas y los pagos atrasados perjudican tanto su calificación crediticia como su capacidad de ahorrar. Si uno o ambos socios tienen problemas con los saldos, cree un plan de pago que priorice primero las tarjetas con intereses altos.
Hable sobre cómo se contrajo la deuda: ¿fue por emergencias, gastos excesivos o simplemente por tratar de llegar a fin de mes durante la pérdida del empleo o una enfermedad? Entender la fuente te ayuda a tomar decisiones más inteligentes en el futuro.
El hecho de que esté casado no significa que tenga que hacerse cargo de las deudas de su cónyuge. Sin embargo, muchas parejas optan por compartir las responsabilidades financieras para alcanzar sus metas más rápido. Esto es especialmente cierto cuando se crea un fondo de emergencia, se liquidan los saldos de las tarjetas de crédito conjuntas o se preparan para una compra importante, como una vivienda.
Si deciden trabajar juntos en el reembolso, asegúrese de que sea justo y esté de acuerdo. Tal vez decidan que cada persona continúe pagando sus propias deudas individuales, pero hagan un presupuesto conjunto como pareja para los gastos futuros.
Si las peleas por dinero son frecuentes o tus conversaciones van en círculos, puede que sea el momento de buscar ayuda externa. Un consejero matrimonial o un terapeuta financiero pueden ayudarte a descubrir las razones más profundas del estrés relacionado con el dinero y a mejorar la comunicación.
No solo hablarán de números, sino que explorarán cómo tus antecedentes, creencias y emociones en torno al dinero moldean tus decisiones. Este tipo de apoyo puede ser especialmente útil cuando uno de los miembros de la pareja oculta deudas o tiene problemas con la infidelidad financiera.
La infidelidad financiera ocurre cuando uno de los miembros de la pareja oculta problemas de dinero, deudas o hábitos de gasto del otro. Puede incluir tarjetas de crédito secretas, cuentas bancarias ocultas o mentir sobre las facturas. Estos comportamientos pueden dañar la confianza al igual que otras formas de deshonestidad.
Si sospecha que hay algo oculto, acérquese al sujeto con cuidado. Haz preguntas como las siguientes:
Esto mantiene la puerta abierta a la honestidad, en lugar de crear una actitud defensiva.
Una vez que todo esté sobre la mesa (saldos de tarjetas de crédito, préstamos, facturas vencidas y más), pueden trabajar juntos para crear un plan de pago de la deuda realista. Considera lo siguiente:
Determina si combinarás tus esfuerzos o si cada uno se centrará en sus propias obligaciones. Sea cual sea la decisión que tomes, asegúrate de que esté documentada y revisada mensualmente.
Muchas parejas comparten una cuenta conjunta para los gastos del hogar y mantienen cuentas separadas para las necesidades individuales. No existe una solución única para todos los casos, pero es importante hablar sobre cuánto aporta cada miembro de la pareja, quién se encarga de los pagos de las facturas y con qué frecuencia revisarás los gastos.
Si nunca has tenido esta conversación, ahora es el momento. Los desacuerdos sobre cuentas conjuntas pueden generar una tensión innecesaria, especialmente si una persona siente que está cubriendo todo el dinero que sale.
Su objetivo final no es solo estar libre de deudas; es construir una vida juntos que se sienta segura, saludable y justa. Eso significa centrarse en su bienestar financiero a largo plazo.
Esto incluye:
El bienestar financiero no significa ser perfecto; significa ser honesto y proactivo.
A veces, uno de los miembros de la pareja siente todo el peso de la responsabilidad financiera, incluso en un hogar compartido. Esto puede deberse a diferencias de ingresos, errores del pasado o expectativas culturales. Si te sientes así, es importante que alces la voz.
Puedes decir:
«Quiero sentir que ambos contribuimos, incluso si no ganamos la misma cantidad».
Esto abre la puerta a un mejor equilibrio en la forma en que administra las deudas y las responsabilidades del hogar.
Ya sea que esté administrando las deudas del cónyuge, lidiando con las deudas de la pareja antes del matrimonio o tratando de evitar por completo los problemas financieros, la clave es la unidad. Ser un equipo unificado no significa que siempre estén de acuerdo, sino que se apoyan mutuamente y toman decisiones juntos.
Si te sientes estancado, considera recursos como el 6 ideas para las metas de ahorro para el día de San Valentín o Planificación financiera para parejas comprometidas para iniciar conversaciones que conduzcan a una acción positiva.
La deuda afecta todos los aspectos de una relación, desde los gastos diarios hasta las decisiones importantes de la vida. Ya sea que esté hablando con su cónyuge sobre las deudas por primera vez o esté abordando deudas conjuntas de larga data, es fundamental mantenerse al día. Usa tus conversaciones sobre el dinero para crear límites sólidos, abordar las deudas de las tarjetas de crédito, entender las deudas contraídas y planificar cómo gestionar las deudas individuales o una cuenta conjunta compartida.
Recuerde que trabajar con un planificador financiero o explorar la terapia matrimonial también puede ayudar cuando la salud financiera y la comunicación se estropean. El paso más importante es decidir hablar y luego hacerlo con honestidad, respeto y amor.
No tienes que hacer este viaje solo. En Credit.org, ofrecemos servicios personalizados asesoramiento crediticio, asesoramiento sobre deudas, y asesoramiento de vivienda para ayudarlo a usted y a su cónyuge a superar juntos los desafíos de la deuda.
Permítanos ayudarlo a recuperar la confianza, crear un presupuesto en el que ambos estén de acuerdo y elaborar un plan que fortalezca su relación, no su deuda.